¿Alguna vez te has empeñado en tener una sonrisa diez? La dismorfia dental es la obsesión por tener una sonrisa perfecta. Esto les puede ocurrir tanto a mujeres como a hombres que no están satisfechos con su dentadura y la idea de alcanzar una sonrisa idealizada acaba por obsesionarles.
Hoy en día existen un sin fin de tratamientos para corregir o mejorar el aspecto de nuestros dientes. Pero según los expertos, un dentista debe realizar los tratamientos únicamente si el paciente los necesita realmente.
Causas de la dismorfia
Los expertos aseguran que una de las causas del aumento de la dismorfia es el auge de las nuevas tecnologías como las redes sociales y los selfies. En estas fotos los dientes se encuentran en el centro de la imagen y las personas quieren que sus dientes luzcan blancos y bonitos. Aunque tomar las fotos demasiado cerca puede distorsionar la realidad y exagerar el tamaño de los dientes, sobre todo de los frontales.
La preocupación por tener una figura perfecta también ha fomentado la obsesión con la apariencia de los dientes. Otro ejemplo son los blanqueamientos dentales, obsesión conocida como blancorexia, que puede ser perjudicial para la sensibilidad de los dientes.
Los expertos aseguran que «hemos observado un incremento en los últimos cinco años de pacientes que nos envían selfies a nuestra página web, preocupados por el aspecto de sus dientes frontales».
Síntomas de la dismorfia
Algunas señales que se pueden asociar a este trastorno son:
- Angustia por un defecto físico menor
- Obsesión por dicho defecto
- Creer que los demás te tratan de manera diferente debido a ese defecto
- Petición de un tratamiento innecesario o excesivo para solucionarlo
Cuida tu boca pero no te obsesiones, una boca sana es una boca bonita 🙂