¿Quién no ha contado esta historia alguna vez? Los más pequeños de la casa son los que más conocen al protagonista de este cuento tradicional. Los padres lo utilizan para tranquilizarles cuando se les cae su primer diente. Un niño suele tener unos 20 dientes de leche y a partir de los 6 años los cambian por las piezas dentales definitivas. En muchas ocasiones, esto les crea una intranquilidad porque no llegan a entender porque los pierden y qué es lo que ocurrirá a partir de entonces. Gracias a este relato, los pequeños guardan el diente debajo de la almohada y esperan impacientes al regalito que les haya dejado el ratoncito Pérez.
La pérdida de un diente para un niño es una sensación parecida a cuando tienen que dejar de usar los pañales. Además, coincide en una etapa de muchas transiciones para los pequeños, ya que a esta edad comienzan la escuela primaria y es primordial que los padres traten el tema con total naturalidad. Para combatir este nerviosismo no hay nada mejor que una fábula y un poquito de fantasía para entusiasmar a los niños. Según el psicólogo Manuel Yániz, «las historias mágicas y de recompensa les dicen en su lenguaje que no deben temer al cambio«.
El cuento del ratoncito Pérez es muy habitual en España y en algunos países de Latinoamérica, utilizando diferentes versiones del mismo. En otros países también existen personajes de ficción como «El hada de los dientes» para tranquilizar a los niños. El objetivo de todos estos relatos infantiles es transmitir serenidad y quitar el miedo por la pérdida dental.
¿Cómo nació el relato del Ratoncito Pérez?
«Érase una vez un rey…». El cuento del ratoncito Pérez empieza con un niño llamado Buby, que es ni más ni menos que un rey. Buby es hijo de Maricastaña en el cuento, pero en la vida real fue el pequeño Rey Alfonso XIII de España, hijo de la Reina María Cristina. Ella llamaba a su hijo «Bubi» en la intimidad.
Al parecer, cuenta la leyenda que la caída del primer diente de Alfonso XIII provocó conmoción en el palacio real, a tal punto que su madre decidió encargar un cuento para calmar a su real hijo, y solicitó la misión al padre Luis Coloma, un escritor que más tarde formaría parte de la Real Academia de la Lengua. El cuento se publicó en Madrid en 1894.
En la propia capital comienzan las aventuras de un ratoncito que vive en una caja de galletas y un día descubre que es mucho más divertido salir a explorar la ciudad a través de cañerías y alcantarillados. Esquivando gatos y otros peligros, visita cada noche a los niños y se hace amigo de ellos.
En una ocasión acaba en la habitación del Rey Budy (Alfonso XIII), hijo de Maricastaña (María Cristina). El ratón Pérez se posa sobre él y Budy estornuda al sentir la cola del ratoncito en su nariz, convirtiéndose en un noble ratoncito. Budy comienza sus correrías como ratoncito y visita los hogares de otros niños para darse cuenta, pronto, de que el resto de pequeños no viven tan bien como él. Los niños son mucho más pobres y no tienen las comodidades que Budy tiene en palacio. Así que decide cambiar los dientes de leche que los niños dejan bajo su almohada por algunas monedas.
¡ Y colorín colorado… este cuento no ha acabado !