Si enseña a su hijo/a desde pequeño los métodos de higiene bucal apropiados y la importancia de cepillarse los dientes todos los días, habrá invertido en salud y le proporcionará beneficios para toda la vida. Los niños son muy observadores y se fijan mucho en lo que hacen los mayores, por eso, hay que ser un buen ejemplo para ellos. Es primordial que vean que cuidamos los dientes y así el niño recibirá el mensaje de que la salud bucal es algo importante. Eso si, no debemos olvidar que son niños y que tenemos que hacer de la higiene dental una tarea divertida.
El hilo dental
Muchos padres se preguntan si sus hijos deben usar hilo dental o no. La respuesta es sí, ya que el hilo ayuda a eliminar los restos de comida y la placa bacteriana que se acumula en los dientes y donde el cepillo no llega. A partir de los 4 años es recomendable que comiencen a familiarizarse con el hilo dental, con ayuda de los padres, y a los 8 años la mayoría de los niños pueden empezar a utilizarlo ellos mismos.
El cepillado dental en niños
Es importante que nos fijemos como se cepillan los dientes los niños, para que no cojan malos hábitos y se cepillen de manera correcta. Estas son algunas de las recomendaciones que os damos:
- Utilice una pequeña cantidad de pasta de dientes (del tamaño de un guisante) con cantidades adecuadas de flúor. Comprueba que sus hijos no se traguen la pasta de dientes.
- Comprarle un cepillo dental suave. Primero, debe cepillarse la superficie interior de cada diente, de posterior a anterior. Después, limpie las superficies exteriores de cada diente. Y por último, cepille bien la superficie de masticación de cada diente.
- Llevar a cabo la higiene en un momento en el que el niño esté relajado y de buen humor, y no hacerlo justo antes de ir a la cama que es cuando está más cansado o dormido.
- Se puede preseleccionar los cepillos que consideremos adecuados para el niño y dejarle a él escoger cuál quiere usar. Si el cepillo tiene su color o su personaje favorito, le entusiasmará más cepillarse los dientes.
- Proponer una actividad agradable para el niño, no a modo de chantaje ni recompensa, sino como un incentivo para hacer después del cepillado.
- Evitar amenazas, castigos y argumentos negativos. Siempre es más recomendable mostrar el lado positivo del cepillado: Nos cepillamos para cuidarnos, igual como hacemos con el cabello…
- Reservar un juguete para la hora del cepillado. Se puede usar una marioneta, un muñeco o algún objeto interesante con el que el niño sólo pueda jugar durante el cepillado de los dientes.
- Es muy importante que os lavéis los dientes juntos, que el niño os mire y quiera imitaros.
Pero, recuerda… ¡Que no falte nunca la diversión! 🙂