La extracción de la muela del juicio es un procedimiento odontológico bastante común que se realiza a personas de cualquier edad. Muchas veces, nos llevamos una sorpresa cuando en la consulta odontológica nuestro doctor nos recomienda la extracción de este tipo de muela.
Es entonces cuando nos preocupamos o podemos entrar en pánico, ya que sabemos que se trata de toda una intervención quirúrgica. Por eso, si te interesa saber acerca de este procedimiento y de cómo recuperarte del mismo, te invitamos a que leas este post.
Por qué se deben extraer las muelas del juicio
Las muelas del juicio son un remanente heredado de nuestros antepasados cavernícolas, es decir, la naturaleza nos dotó de los instrumentos necesarios para sobrevivir. Por eso, nuestros ancestros poseían una fuerte dentadura donde las cordales eran sumamente útiles.
Con el paso del tiempo, el desarrollo humano y los cambios alimenticios hicieron innecesario el uso de estas muelas. De hecho, el espacio bucal fue disminuyendo progresivamente de tamaño, por lo que ahora, para algunas personas, las muelas del juicio ya no salen de manera normal sino torcidas, retenidas o impactadas, es decir de manera inadecuada.
Esto puede llevar a múltiples problemas como inflamación permanente de la encía, dolor o, en el peor de los casos, infecciones de la zona. Es por esta razón que las muelas del juicio cuando presentan esta condición deben ser extraídas quirúrgicamente por un cirujano oral o cirujano maxilofacial.
El procedimiento consiste en una extracción común como la de cualquier otra muela, donde se utilizará anestesia local para sedar la zona. No obstante, cuando las cordales son demasiado profundas, el cirujano debe hacer un corte en la encía y puede además remover parte del maxilar.
En estos casos más complicados o cuando la persona tiene una condición que dificulte la extracción, se puede recurrir a la anestesia general o al uso de sedantes.
¿Qué hacer después de la extracción de una muela del juicio?
Nuestro odontólogo o cirujano oral nos recetará antibióticos profilácticos, analgésicos y un breve reposo, sobre todo en las primeras horas mientras pasa el efecto de la anestesia.
Recuerda que si la anestesia es general o han usado sedantes debes ser asistido por un acompañante que te pueda llevar a casa en cuanto lo indique tu doctor. Entre las recomendaciones básicas están:
- Si la anestesia es local, ten cuidado de no tomar alimentos ni muy fríos ni muy calientes que te puedan dañar sin que te des cuenta, ya que tu boca permanecerá un tiempo sin sensibilidad.
- Espera unas cuantas horas para poder comer. El primer día recurre a preparados blandos, como purés, sopas o zumos mientras baja la inflamación.
- Puedes realizar enjuagues con agua salada (media cucharadita en un vaso de agua) pero de manera suave, que no lastimen la herida.
- Al cepillarte, hazlo con cuidado sin pasar sobre la herida.
- Si aparece una leve hemorragia, no te preocupes. Simplemente toma una pequeña gasa y muérdela haciendo presión para parar el sangrado.
- Debes estar pendiente de otros signos como el exceso de inflamación, dolor que no cede con los analgésicos o aparición de fiebre. En estos casos acude de inmediato a tu odontólogo.
Para cualquier duda respecto a las muelas del juicio puedes consultarnos en nuestra clínica dental en Donosti. Estaremos encantados de atenderte.